martes, 31 de julio de 2012

Apuntes de la resaca: olímpicos MX


Acá en la alcantarilla el Cucaracho sufre de jaquecas. Sus antenas, que son de televisión, han recibido mucha carga futbolística con Olimpiada y Liga MX. Además se fumó un partido del equipo checo de volibol playero femenil y trae palpitaciones con temblorina febril. Aquí sus apuntes (o el compendio de daños, como le llama mientras estira las seis patas).

Desde la cueva (Viernes)
La fiera se despereza con elegancia. El regreso a la sabana le sienta bien y ya lo corroboró en su propia cueva. Con cuatro zarpazos que atolondran, León se estrenó en casa contra Tijuana. Carlos Peña, ariete tamaulipeco de 22 años, pegó dos veces en dos rugidos de gol: un globo de proporciones bélicas y un remate tijeresco que quebró el ladrido de Mohamed. La manada esmeralda ya traza su cacería desde el superliderato y no ha permitido gol. A dentelladas, el xoloitzcuintle salió despavorido del Nou Camp.

La mina embrujada (Sábado)
El vendaval de la noche hidalguense extrajo algún espanto del subsuelo pachuqueño. El zorro retozó a placer por todo el Huracán y la cuadrilla de Hugo dio su peor cara. En su papel rojinegro, Héctor Mancilla ya clavó gol y medio… y por no dejar, cuando el Pachuca agonizaba diezmado a nueve hombres, Paulo da Silva fue víctima de aquel hechizo minero y empujó el balón en un monumento al autogol. Aturde porque se trata, quizá, del equipo mejor armado del torneo. ¿O será que el descenso ya le jaló la cobija al Atlas y ahora sí viene en serio?

Las tierras bajas de Jalisco (Domingo)
Allá en el Omnilife (o La Haya de Guadalajara) la cosa se pone en neerlandés. Tras dos patadas, el rebaño se desperdigó… y detrás de los tulipanes, el cencerro no se escucha. Cuando el cuento era infumable, Santos tejió contragolpe y Darwin Quintero se comió la tarde: “los mariachis callaron”. Cada domingo, al filo de la semana, siempre surgen aprendizajes. John van’t Schip ya tiene el suyo: conoció a un tal Marco Antonio Rodríguez.

El rompope inglés
Quizá fueron los rezos de las monjas benedictinas que habitan en los conventos de Coventry… quién sabe, pero el pelotón de Tena ya caminó. Allá en la Ricoh Arena, Giovani Dos Santos le bailó a Les Panthères y México se oxigena. El garrotazo no estuvo fácil y la tribu bantú quedó tendida enseñando los colmillos. De aquí a Cardiff contra Suiza por la calificación (sin despotriques en Twitter).

jueves, 26 de julio de 2012

La sonrisa de Lewinsky. El eterno y surcoreano "no pasarán", en fangos de Gascoigne



Espeso como él solo, el cero a cero deambula fantasmagórico entre las tabernas adyacentes al St. James’ Park. Por una almena del castillo de Newcastle upon Tyne se asomó un Cherokee sin mapa que prorrumpió en carcajadas que espantan. Hace dieciséis años, la Sub-23 de Carlos De los Cobos llegó al meridión gabacho para estamparse en ceros contra una Corea del Sur que emergió de los Apalaches. Eran los Olímpicos de Atlanta y un país se devaneaba en los contoneos del Clinton-Lewsinky Affair, al mismo tiempo que Tom Hanks pilotaba el Apolo 13.  

Maldito seas, Champion Hill
La mala pata de hechicería oriental se remonta, precisamente, a Londres. Fue en las Olimpiadas del 48 cuando la estampida surcoreana le metió cinco patines voladores a México. Desde la banca, un portero suplente de 19 años se apretaba los puños desnudos. Se llamaba Antonio… “Tota” para los amigos. Por aquellos días, la República de Corea era un país “nuevo” con línea directa a Washington y un vecino del norte que hablaba en ruso con acento nuclear. El espeluznante 5 a 3 supo terrible en ese diminuto estadio llamado Champion Hill, elemento del paisaje gris que ahumaba el sur londinense. En ese distrito de East Dulwich aún yacían fragmentos de cohete V2 y bombarderos caza, cortesía del Blitz alemán. Y en los patios de las primarias mexicanas, los niños jugaban a ‘Las batallas en el desierto’.

El códice roto (o el poste trémulo)
Con el característico combustible asiático, Corea del Sur quiso cansar a la cuadrilla de Tena desde el inicio. Es cuando el fuelle que otorga el potaje hecho en Seúl pretende apaciguar a un equipo latino que se asume más atrevido. Y sí. Una vez que dominó el prado del Newcastle United con la soltura con que se recorre el Mar Amarillo, la línea surcoreana se estiró con voltaje felino y enseñó un diente.

El asunto se empezó a enlodar. Es natural en una cancha cuyo mediocampo fue patrullado alguna vez por Paul Gascoigne: la zanja es invisible, pero te ha de cimbrar en un estadio de 120 años. Ki Sung-Yueng, muchacho del Celtic, jaló el gatillo y los nervios de Corona se crisparon al fin. La maquinita se echó pa’l frente y fue Javier Aquino el que atacó. Oribe, calladito. El despliegue reactivó a los guerreros del Taeguk y si algo salvó a México, fue la mala puntería del otro.

Con gafas de grosor macabro, la central coreana descifró el códice y Giovani tuvo que entrar para solventar el libreto. Oribe, guardadito. El ataque se refrescó en dos patadas, pero ninguna quebró el hechizo. En el último suspiro, Jiménez dejó el poste trémulo y la venganza de El Pireo en 2004 no se logró consumar. Futbol olímpico y surcoreanos nomás no cooperan. El examen salió barato. De aquí al domingo a entrecerrar un ojo y esperar que el golpe sea reversible en Coventry. Ay, Gabón.  

miércoles, 25 de julio de 2012

Previo: Liga MX. Del circo leonés a la caligrafía de Cruyff, con saludos a Mauricio Garcés y Lola la trailera


Si la nebulosa nigromancia que flota sobre el Estadio Azul ya luce preocupante, es momento de ir agitando pociones curativas. La Liga MX exhuma de su chistera a la legendaria Copa México y el clavado arqueológico arrojó su diagnóstico: luego del hiato quinceañero, resulta que Cruz Azul es el campeón vigente.

Una tarde de agosto -desde Neza con amor- Enrique Meza guió a sus huestes bovinas hasta la cancha “10 de Diciembre”. Pero la estampida se estrelló contra un telón de cemento y la Máquina de Hermosillo encajonó al toro. Para calarse en territorios: Zedillo era presidente y Salma Hayek alborotaba concupiscencias mientras recorría El callejón de los milagros.

El gran gato pródigo
¿Novedades? Un felino guanajuatense regresa a la jungla de césped. Con la promoción del carnívoro esmeralda no sólo vuelve el máximo depredador de Copas, sino el circo leonés que le da hábitat. Mientras Mauricio Garcés recibía visitas nocturnas en su Departamento de soltero, el Nou Camp se extendía para que la Alemania Federal de Beckenbauer le sacara los dientes a la Inglaterra de Charlton en México 70. Ahí en la cueva del León también cabalgó la ‘Carreta Mágica’ de Platini, que chocó contra la Unión Soviética en tiempos donde Moscú hablaba de Perestroika y Chernobil. Corría 1986 y en la capital instalaban “pachangódromos” para mantener distraída a la raza y evitar rechiflas de tres sílabas como las que recibió el señor-presidente en la inauguración.

Bestiario
Con Copa de vuelta, por la vitrina de pasto y cal volverá a desfilar la fascinante fauna endémica del Ascenso MX. Hay de todo y aquí se dividirá en cuatro segmentos: Aleatorios: Los Estudiantes Tecos que no quieren cortar el cordón umbilical; los Estudiantes de Altamira, marinos de la punta sureste tamaulipeca que a veces en su casa los desconocen; y la filial que no puede faltar: Pumas Morelos. Sonantes: La jauría de la BUAP y el ciervo galope de Mérida: siempre ahí. Conocidos: Necaxa, Veracruz, Irapuato y Dorados: fueron por cigarros, nada más. Cónclave: Celaya, La Piedad, Correcaminos, Leones Negros y Toros Neza: la cuadrilla del mosaico folclórico por excelencia. Del último en la lista, toca recordar que con él regresa otra plaza medular para entender la topografía de este futbol: el Estadio Neza 86 y su bramido texcocano.

Muestrario
Si se apacigua la fiebre de Copa nueva con león de barriga verde, ¿qué resta?: pues un común Apertura con todas sus casillas en blanco y ansioso por dar la primera patada. Para carburar el artefacto, aquí un muestrario (muy selecto).

América. Ya no aplica experimentar con esa ave. Miguel Herrera abrió la jaula y sabe cómo llegar a las instancias de las que se habla en las oficinas altas del coliseo de Tlalpan. Lejos del mal viaje de Efraín Juárez por Europa, no hay porqué presagiar hecatombes: el tipo conoce su liga, recupera la bola y su vaivén por el carril derecho ya lo quisieran muchos.

Atlante y Toluca. Ricardo La Volpe regresa al establo de hojalata. En sus días como arquero equino, llegó a una final que el Potro perdió contra Tigres en la 81-82, tiempos de Lola la trailera y las melenas espesas. Este será su tercer proceso como timonel. La última vez que lo hizo, el caballaje de acero campeonó en Monterrey el día que la afición regiomontana se convirtió en lo que es hoy: cuando el Atlante daba su rondín olímpico, el Tecnológico le aplaudía de pie. Y en tierras más altas, “Ojitos” vuelve a enarbolar el tridente escarlata. Cuando lo cargó por primera vez, hizo del Nemesio Díez una sucursal del averno capaz de espantar a Virgilio.

Chivas. La liga tiene siete técnicos extranjeros. Cinco hablan español como lengua madre y otro hace florituras en portuñol. Pero el de Guadalajara habla neerlandés. Los tulipanes ya crecen en el Omnilife y un tal John van’t Schip hace anotaciones con la letra de Cruyff. Aunque provenga de la camada naranja que jugó dos Euros y un Mundial con Gullit y Van Basten, este vástago del Ajax requerirá la paciencia de Erasmo de Rotterdam para hacerse entender. Ojalá que el tequila le suelte la bocaza y así evitar algún zarrio marca Eriksson.