Para abrir 2013, se supone que el galeón del Chepo
deberá estar chocando con la Dinamarca de Olsen a finales de mes. Como buen
amistoso previo al Hexagonal, la cartografía gabacha se plantea como escenario
idóneo para trazar las patadas. Se sabe
que la horda de paisanos -con todo y la flacidez bancaria de enero- no
escatima cuando se trata de sus muchachos verdes. La cosa es que, en esta ocasión,
el terruño elegido no goza de simpatías tan gratas para los palpitares
nacionales. Desgraciadamente, Arizona es mucho más que mesetas, apaches y banjos. A menos de quince días para el
partido, en la Federación Mexicana de Futbol rechinan los buzones electrónicos.
A los cuarteles de Colima 373 llegan flirteos que vociferan un cambio de sede.
La misiva, proveniente de grupos pro-migrante, advierte sobre alguaciles de
cepa republicana y gobernadoras que remueven calderos.
Ante la inminencia del México-Dinamarca en ese Phoenix
Confederado, y a manera de una guía de supervivencia, El Cucaracho sugiere unos
apuntes que -con seis patas de frente- buscan ser una suerte de guía para ir
reconociendo terrenos.
Topografías
(o ¿Dónde jugamos?)
Enclavado en Glendale, el Estadio de la
Universidad de Phoenix está dentro de la jurisdicción del condado de Maricopa y
su famoso sheriff. Es uno de esos sitios del sur gringo por donde deambulan
coyotes y los navajos juegan póquer en los casinos de las reservas indias. Such is life in Salt River!
Legislaciones
(o ¿Cómo pasar desapercibido?)
Como se sabe, fue en Arizona por donde salió
expelida la llamada Ley SB-1070. Se trata de un acta legal capaz de corroborar
que la inteligencia está mal distribuida en este mundo. Afortunadamente, este
engendro legislativo -orgullo del Tea Party- no está bien visto por sus
autoridades federales, que coinciden en que no es correcto avasallar a un
“alien” por contrastar con el paisaje humano (sic).
Dos personajes
a identificar (o de plano evitar)
1. Republicana hasta la médula, Jan Brewer, la
gobernatriz de Arizona, es una rubia de perfil hechicero originaria de
Hollywood. Además de elucubrar dudosos inventarios sobre cuerpos decapitados
hallados en sus desérticos dominios -y temerosa de que la Guerra del Narco
brinque su barda- ya publicó un libro donde asegura haber encontrado la fórmula
para mantener segura su frontera. Se llama Alacranes para desayunar. No es
broma.
2. Otro esencial elemento de esta fauna
meridional es Joe Arpaio: el célebre alguacil de Maricopa. De careto robusto,
este veterano del Army en tiempos de Eisenhower ha desfilado por la DEA y es el
culpable de que ahora esté prohibida la lectura de Playboy en las prisiones de
su zona. El octogenario sheriff, que lleva en el puesto desde 1993 –es decir, tiempos
de Beverly Hills, 90210- es uno de los principales inquisidores que se
empeñan en hallar el acta de nacimiento “real” de Barack Obama. Arpaio y sus
colegas teóricos de la conspiración están seguros de que el demócrata hawaiano
no nació en territorio estadounidense y, por lo tanto, no es elegible. Incluso,
han llegado a ubicar el pesebre del Presidente en el este africano, allá en
Kenia… más precisamente, en los escarpados de la lejana Nairobi. Tampoco es
broma… al igual que el hecho de que también es amigo de Steven Seagal.
Así las cosas. Toca ver cuánta parte del
porcentaje de entradas al Estadio de la Universidad Phoenix terminará en el
erario del inmortal estado de Arizona. Respetuosos saludos.
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