jueves, 17 de enero de 2013

Arizona y la Selección: apuntes de supervivencia

Para abrir 2013, se supone que el galeón del Chepo deberá estar chocando con la Dinamarca de Olsen a finales de mes. Como buen amistoso previo al Hexagonal, la cartografía gabacha se plantea como escenario idóneo para trazar las patadas. Se sabe  que la horda de paisanos -con todo y la flacidez bancaria de enero- no escatima cuando se trata de sus muchachos verdes. La cosa es que, en esta ocasión, el terruño elegido no goza de simpatías tan gratas para los palpitares nacionales. Desgraciadamente, Arizona es mucho más que mesetas, apaches y banjos. A menos de quince días para el partido, en la Federación Mexicana de Futbol rechinan los buzones electrónicos. A los cuarteles de Colima 373 llegan flirteos que vociferan un cambio de sede. La misiva, proveniente de grupos pro-migrante, advierte sobre alguaciles de cepa republicana y gobernadoras que remueven calderos.

Ante la inminencia del México-Dinamarca en ese Phoenix Confederado, y a manera de una guía de supervivencia, El Cucaracho sugiere unos apuntes que -con seis patas de frente- buscan ser una suerte de guía para ir reconociendo terrenos.

Topografías (o ¿Dónde jugamos?)
Enclavado en Glendale, el Estadio de la Universidad de Phoenix está dentro de la jurisdicción del condado de Maricopa y su famoso sheriff. Es uno de esos sitios del sur gringo por donde deambulan coyotes y los navajos juegan póquer en los casinos de las reservas indias. Such is life in Salt River!

Legislaciones (o ¿Cómo pasar desapercibido?)
Como se sabe, fue en Arizona por donde salió expelida la llamada Ley SB-1070. Se trata de un acta legal capaz de corroborar que la inteligencia está mal distribuida en este mundo. Afortunadamente, este engendro legislativo -orgullo del Tea Party- no está bien visto por sus autoridades federales, que coinciden en que no es correcto avasallar a un “alien” por contrastar con el paisaje humano (sic).

Dos personajes a identificar (o de plano evitar)
1. Republicana hasta la médula, Jan Brewer, la gobernatriz de Arizona, es una rubia de perfil hechicero originaria de Hollywood. Además de elucubrar dudosos inventarios sobre cuerpos decapitados hallados en sus desérticos dominios -y temerosa de que la Guerra del Narco brinque su barda- ya publicó un libro donde asegura haber encontrado la fórmula para mantener segura su frontera. Se llama Alacranes para desayunar. No es broma.

2. Otro esencial elemento de esta fauna meridional es Joe Arpaio: el célebre alguacil de Maricopa. De careto robusto, este veterano del Army en tiempos de Eisenhower ha desfilado por la DEA y es el culpable de que ahora esté prohibida la lectura de Playboy en las prisiones de su zona. El octogenario sheriff, que lleva en el puesto desde 1993 –es decir, tiempos de Beverly Hills, 90210- es uno de los principales inquisidores que se empeñan en hallar el acta de nacimiento “real” de Barack Obama. Arpaio y sus colegas teóricos de la conspiración están seguros de que el demócrata hawaiano no nació en territorio estadounidense y, por lo tanto, no es elegible. Incluso, han llegado a ubicar el pesebre del Presidente en el este africano, allá en Kenia… más precisamente, en los escarpados de la lejana Nairobi. Tampoco es broma… al igual que el hecho de que también es amigo de Steven Seagal.

Así las cosas. Toca ver cuánta parte del porcentaje de entradas al Estadio de la Universidad Phoenix terminará en el erario del inmortal estado de Arizona. Respetuosos saludos.

Twitter: @ElCucaracho_Fut


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