Acá en la alcantarilla hubo paralelismos de Champions.
De Dortmund a Estambul con dos antenas para diez goles. Tras la madrugada de la
Renania-Westfalia, el sobrio murmullo del Rin todavía gesticula con espumeos y
sollozos de marecito malagueño. Y más abajo, luego de quitarse la cimitarra del
pescuezo, Cristiano se incorpora atolondrado. Después de todo, Constantinopla
cayó con estilo.
Dos
minutos
Cuando todo se creía escrito, el espíritu de
Barbarroja emboscó el Westfalenstadion con dedicatoria andaluza y cambió el
libreto. El Borussia Dortmund corroboró que cuenta con un talento especial para
fragmentar epílogos anunciados. Si a diez del final un portugués azoreño
llamado Eliseu había propuesto un malagueño ‘punto final’ con polémica, habría
que llegar a tiempo agregado para destrampar las emociones. Reus y Santana
estuvieron atentos a rebotes y sus respectivas pelotas sueltas. A segundos del
final, el Málaga veía, estupefacto, el hundimiento de su último boquerón. Ante
un juez de línea estático, ni la Costa del Sol calentó a Pellegrini. Y menos al
jeque mandamás del cuadro mediterráneo, que ya habla de racismo y otros
demonios. Allá en la tierra de Picasso, desencajados, los parroquianos leen el
Diario Sur de Málaga. “Robo en Dortmund”, cuelga de la primera plana.
Hervores
bizantinos
En Estambul, la caída del Galatasaray fue tomada
con orgullo de sultán. No hay semifinales para el califato turco, pero sí hubo
victoria frente a un Madrid que se dejó asustar. Aunque Ronaldo concretó un
tempranero gol de visitante, de las aguas del Mármara se avecinaba un
vientecillo vigorizador para el segundo tiempo. Un trallazo diabólico y feroz
del marfileño Eboué abrió las puertas. Un Sneijder imparable y un taconazo de
Drogba terminaron de activar las alarmas merengues. De la Türk Telekom Arena
parecían brotar cúpulas y minaretes de mezquita ante el bramido otomano. Pero
con el guiño de un Alfonso XIII con hielos, Real Madrid calmó los hervores
bizantinos. Cristiano empujó su segundo y el árbitro cerró el capítulo. La
ovación de la afición turca resonó hasta el Bósforo y todos tranquilos. La
cuadrilla de Mou avanza a semifinales con el ansia de la décima Champions ya
sobrevolando, otra vez, por la capital española.
No hay comentarios:
Publicar un comentario