jueves, 11 de abril de 2013

Apuntes bilaterales: Dortmund y Estambul


Acá en la alcantarilla hubo paralelismos de Champions. De Dortmund a Estambul con dos antenas para diez goles. Tras la madrugada de la Renania-Westfalia, el sobrio murmullo del Rin todavía gesticula con espumeos y sollozos de marecito malagueño. Y más abajo, luego de quitarse la cimitarra del pescuezo, Cristiano se incorpora atolondrado. Después de todo, Constantinopla cayó con estilo.

Dos minutos
Cuando todo se creía escrito, el espíritu de Barbarroja emboscó el Westfalenstadion con dedicatoria andaluza y cambió el libreto. El Borussia Dortmund corroboró que cuenta con un talento especial para fragmentar epílogos anunciados. Si a diez del final un portugués azoreño llamado Eliseu había propuesto un malagueño ‘punto final’ con polémica, habría que llegar a tiempo agregado para destrampar las emociones. Reus y Santana estuvieron atentos a rebotes y sus respectivas pelotas sueltas. A segundos del final, el Málaga veía, estupefacto, el hundimiento de su último boquerón. Ante un juez de línea estático, ni la Costa del Sol calentó a Pellegrini. Y menos al jeque mandamás del cuadro mediterráneo, que ya habla de racismo y otros demonios. Allá en la tierra de Picasso, desencajados, los parroquianos leen el Diario Sur de Málaga. “Robo en Dortmund”, cuelga de la primera plana.

Hervores bizantinos
En Estambul, la caída del Galatasaray fue tomada con orgullo de sultán. No hay semifinales para el califato turco, pero sí hubo victoria frente a un Madrid que se dejó asustar. Aunque Ronaldo concretó un tempranero gol de visitante, de las aguas del Mármara se avecinaba un vientecillo vigorizador para el segundo tiempo. Un trallazo diabólico y feroz del marfileño Eboué abrió las puertas. Un Sneijder imparable y un taconazo de Drogba terminaron de activar las alarmas merengues. De la Türk Telekom Arena parecían brotar cúpulas y minaretes de mezquita ante el bramido otomano. Pero con el guiño de un Alfonso XIII con hielos, Real Madrid calmó los hervores bizantinos. Cristiano empujó su segundo y el árbitro cerró el capítulo. La ovación de la afición turca resonó hasta el Bósforo y todos tranquilos. La cuadrilla de Mou avanza a semifinales con el ansia de la décima Champions ya sobrevolando, otra vez, por la capital española.

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